EL PODER (TEXTOIMARGEN, 2014)



De turismo espiritual en Pontevedra, contemplé un ave mostruosa que cagaba a un hombre. Me hizo una gracia chabacana y pueril, así que le saqué una foto con el móvil, muy contento de mi castellano sentido del humor. Ya en el tren nocturno que entre bebedores de ginebra me devolvía a Madrid, volví a mirar la imagen en la pantallita y entendí que el hombre no era cagado por el enorme pájaro: lo estaba sujetando con el poder de su frente.